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Mexicana denuncia violación en Qatar y la condenan a recibir 100 latigazos

La mexicana que trabajaba en la organización del Mundial de futbol de la FIFA, denunció también la nula respuesta de la embajada de México. Acapulco, Gro., 18 febrero 2022.- Paola tenía un trabajo que sin duda, más de uno podría envidiar… es amante del futbol y participaba en el Comité Organizador del Mundial de Futbol […]

Mexicana denuncia violación en Qatar y la condenan a recibir 100 latigazos
Carlos Ortiz
febrero 18, 2022 9:27 pm

La mexicana que trabajaba en la organización del Mundial de futbol de la FIFA, denunció también la nula respuesta de la embajada de México.

Acapulco, Gro., 18 febrero 2022.- Paola tenía un trabajo que sin duda, más de uno podría envidiar… es amante del futbol y participaba en el Comité Organizador del Mundial de Futbol en Qatar.

Trabajaba además en una de las que se considera una de las ciudades más seguras del mundo Doha, hasta que le ocurrió una pesadilla. Paola fue abusada sexualmente por alguien que ella consideraba su amigo.

Por si fuera poco, el tormento que tuvo que vivir en un país donde las mujeres parecen no tener ningún derecho, mucho menos para presentar una denuncia contra su agresor, fue valiente para hacerlo. Denunció a su agresor sexual.

Pero de un momento a otro, su situación cambió de victima a victimaria: la justicia qatarí decidió condenarla a recibir 100 latigazos y permanecer siete años en la cárcel por “tener una relación extramarital”.

La mexicana expuso su caso a través de una carta fechada el 6 de junio de 2021, donde narra que se encontraba trabajando en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, la entidad responsable de organizar el próximo Mundial, en Qatar.

 “Esa noche, un conocido, que consideré amigo, de la comunidad latina en Doha, se metió a mi departamento en la noche, mientras yo dormía (…) Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos. Y denuncié.”

La mujer cuenta que cuando tenía 16 años, también sufrió un ataque sexual cuando tenía 16 años, el victimario fue su novio, quien dijo, se “salió con la suya” luego de que no fuera condenado por la justicia mexicana.

De víctima a victimaria

Paola Schietekat consiguió el certificado médico y acudió a la policía acompañada del cónsul de México en Qatar, donde explicó todo lo que había pasado. Ahí, la autoridad le dio tres alternativas: exigir orden de alejamiento, no hacer nada o ir a las últimas instancias.

Aconsejada por el cónsul, la mujer decidió ir por las últimas consecuencias y buscar justicia por el crimen del que fue víctima; horas después, ese mismo día, su situación cambió.

A las nueve de la noche, me hablaron por teléfono para acudir urgentemente a la estación de policía y si no iba, la denuncia sería descartada”.

Cuando la mujer llegó a la estación de policía, la pusieron frente a su agresor para un careo; tras el interrogatorio en árabe, a Paola le pidieron una prueba de virginidad… el agresor había dicho que Paola era su novia, ahí cambió todo.

“En Qatar, tener una relación extramarital se paga con hasta siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia incluye cien latigazos. De un momento a otro, mi denuncia ya no importaba. La policía refirió el caso a la fiscalía pública, único lugar en donde tuve un traductor. Todo se centró alrededor de la relación extramarital, mientras que, bajo mi abaya, la túnica que me recomendaron para parecer una ‘mujer de buena moral’, seguían las marcas, moradas, casi negras. Mi abogada casi no habló. Al final, tuve que entregar mi teléfono, desbloqueado, a las autoridades, si no quería ir presa”.

Paola explica en su carta que fue el mismo Comité Supremo quien le ayudó a salir del país, dejando su teléfono en las manos de la justicia qatarí. Sus testimonios logró enviarlos a Human Rights Wach, con el fin de que fuera publicado y visibilizado en caso de que ella fuera arrestada.

“El caso fue referido a la corte criminal, y cuando por fin recibí el expediente, que por supuesto omitía todas las faltas cometidas por las autoridades qataríes, se me helaron las manos, mientras temblaban, al ver que mi agresor fue absuelto del cargo de agresión, porque, a pesar del informe médico ‘no había cámaras que apuntaran directamente la puerta del departamento, así que no había forma de constatar que la agresión sucedió’”.

Y al final, la solución que le recomendaron su abogada, los defensores del acusado y la propia autoridad de Qatar fue: “cásate con él”.

¿Y las autoridades mexicanas?

Paola compartió a través de su cuenta de Twitter su experiencia a través de este caso, donde las preguntas más recurrentes fueron “¿Por qué no denunciaste? ¿Por qué no te alejaste? ¿Por qué no pediste ayuda?”.

Pese a ello, queda claro que hizo todo lo que legalmente estuvo a su alcance, hasta que los usuarios preguntaron por el papel de las autoridades mexicanas en su caso. Y esto dijo:

“Durante mi proceso, observé la poca, o más bien, nula preparación de la Embajada para actuar en mi defensa. Nadie de las y los diplomáticos hablaba ni un poco de árabe, pero tampoco tenían el menor conocimiento de las leyes locales. Pudieron comunicarme con una traductora, por celular, después de las tres horas de interrogatorios con la policía. El cónsul aconsejó ir a las últimas instancias sin conocimiento sobre la ley qatarí y sin siquiera recomendar buscar asesoría legal primero”.

Para atender su situación y como reacción natural, su madre tramitó lo más rápido posible su visa para viajar a ese país y apoyar a su hija, para que, al menos entre las dos, pudieran buscar la justicia y Paola no estuviera sola.

“Mi mamá y yo nos sentimos completamente abandonadas por una Embajada cuyo cónsul contestaba ‘pues cierren bien la puerta’ ante amenazas del agresor, una Embajada con una carga de trabajo de protección consular mínima, dados los pocos más de 600 mexicanos residiendo en Qatar”.

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