José Antonio Rivera Rosales
Tal como se avizoran las cosas, en 2027 la disputa por la gubernatura tendrá que dirimirse entre Félix Salgado Macedonio y Abelina López Rodríguez.
¿Lo duda usted?
Aunque desde ahora se mencionan varios nombres para el relevo, lo cierto es que no se vislumbra en el horizonte un liderazgo en condiciones de competir por la gubernatura -en ninguno de los partidos políticos-, aunque ciertamente hay perfiles interesados que se creen la historia del relevo generacional.
El caso es que, pese a sus arrebatos -que le han generado choques con diferentes actores, incluida la propia gobernadora-, el liderazgo social de Abelina ha crecido exponencialmente, lo que abre la posibilidad de competir por la candidatura a la gubernatura de Guerrero.
Para el efecto, la alcaldesa comenzó a construir alianzas que le permitan acumular fuerzas con el fin de estar en condiciones, dentro de tres años, de disputar la gubernatura dentro o fuera de Morena -aunque lo más probable es que se vaya por la libre-.
Desde la noche misma del 2 de junio, cuando recibió su constancia de mayoría, López Rodríguez descubrió su ambición por la gubernatura. En un autodestape que hizo levantar las cejas a más de uno, se vislumbró transformando el destino de los guerrerenses.
Claro que ello prendió las alarmas en el círculo cercano del senador Félix Salgado, quien se ha manifestado con cautela en ese tema, pero su interés por la gubetnatura es innegable. Vamos, ha sido el sueño de su vida.
Así las cosas, lo que pinta claro en el horizonte político es una confrontación entre dos bloques de Morena que competiran por la gubernatura mientras los demás partidos políticos -o lo que queda de ellos- sólo tendran una participación testimonial.
Claro que esta previsión depende mucho de la coyuntura y las circunstancias políticas del momento histórico, que pueden dar un giro inesperado.
Los perfiles personales que pueden contar con posibilidades para 2027 se ubican entre algunos personajes por todos conocidos:
-Manuel Añorve, quien alcanzó la senaduría pero con una votación decreciente en cada nueva elección. La imagen de Añorve va a la baja sobre todo después de que decidió apoyar al delincuente Alejandro Moreno, quien tomó por asalto la dirigencia nacional del tricolor, con la expulsión incluída de lideres históricos de ese partido. Sin duda, viene el cobro de facturas en ese instituto político, lo que dejará mal parado a Añorve Baños.
-Beatriz Mojica, también senadora de la República, pero a la que difícilmente los morenistas le abrirán el espacio para competir, después de que en 2018 se manifestó como una enemiga acérrima de Andrés Manuel López Obrador.
–Félix Salgado, el senador Toro, aparentemente abrió espacios a quienes tengan aspiración en el morenismo, pero de ninguna manera dejará ir una oportunidad dorada para acceder a ese cargo de elección popular. Sería, si lo decide, el aspirante con mayores posibilidades.
-En la fila destacan figuras como Jacinto González (el estrambótico dirigente estatal del morenismo), la diputada local Citlalli Calixto, el diputado federal Javier Taja Ramírez, el defenestrado Pablo Amilcar Sandoval, el diputado Marco Tulio Sánchez Alarcón, la diputada federal Yoloczin Domínguez.
Aunque dentro del morenismo existen otras figuras que estarían interesadas en competir, es poco probable que tengan posibilidad alguna dado el predominio del senador Toro, quien sin duda alguna aprovechará la coyuntura de 2027 que se inclina a su favor sobre todo con el triunfo de Claudia Sheinbaum -a la que el morenismo de Guerrero aportó más de un millón 50 mil votos, cifra notable si se toma en cuenta que la población total del estado es de 3.5 millones de habitantes.
En términos arbitrarios podriamos decir que la tercera parte de los guerrerenses votaron por Claudia, lo que constituye más un éxito de Félix que de la dirigencia formal (Jacinto González) o de las dirigencias de facto (Abelina López), en particular porque el senador Toro fue el principal operador político de Claudia en el estado de Guerrero.
Con todo, los 166 mil votos obtenidos por Abelina -unos 30 mil sufragios más que en la elección anterior- la perfilan para estar en condiciones de participar en la puja por la gubernatura, lo que sin duda la enfrentará con Salgado Macedonio.
En esta ruta, tanto uno como otro tendrán que sumar fuerzas a su favor dentro y fuera del morenismo para alcanzar sus objetivos.
¿Por qué es importante esta proyección?
Pues porque dependiendo quién gane esta próxima contienda, será el destino que tome la administración pública en el estado de Guerrero y, por ende, el futuro de los guerrerenses. La actividad de Félix se ha definido por más de 30 años de activismo político-partidista, mientras que Abelina se ha caracterizado por un tiempo similar dedicado a la gestión comunitaria. Son dos enfoques correlacionados, pero diferentes.
En el caso de Abelina sus movimientos son más visibles porque su gestión está confinada al municipio de Acapulco, de modo que cualquier actividad que desarrolle en el exterior se interpretará como una operación política en pro de la gubenatura. Por contraparte Félix tiene una amplia movilidad dado que su encargo se lo permite.
Desde el principio Abelina encabezó un fenómeno de disidencia dentro del Morena, estableciendo una suerte de frente opositor integrado por el exdiputado Alfredo Sánchez Esquivel -usurpador de la diputación indígena-, la alcaldesa Norma Otilia Hernández –quien fue exhibida tomando acuerdos con jefes criminales-, y el alcalde taxqueño Mario Figueroa -cuya figura es asociada al infanticidio de Camila y el posterior linchamiento de presuntos responsables, incidente en el que decidió no dar la cara-. Claro que con tales integrantes resultaba natural que dicho frente se fuera al carajo, como sucedió.
En esta nueva etapa de su actividad politica, la alcaldesa parece haber establecido una alianza con el exgobernador Héctor Astudillo Flores y con su alfil Mario Moreno Arcos, lo que abre la posibilidad de que las pretensiones de la alcaldesa se trasladen a Movimiento Ciudadano, donde se fue a refugiar gran parte de la estructura electoral del PRI.
Pero tambien aquí se le han acercado algunos impresentables -y no se descarta que se muden para allá otros indeseables-.
Entre ellos David Jiménez Rumbo, uno de los Cuatro Fantásticos que tenían el control del PRD y que son los que palomearon a José Luis Abarca para ser candidato a la alcaldía de Iguala, lo que finalmente logró con las consecuencias ya conocidas (los otros fantásticos eran Evodio Velázquez, Víctor Aguirre y Sebastián de la Rosa Peláez, quien además es aspirante a la dirigencia estatal de ese partido).
Así las cosas, no se descarta que esos impresentables pronto se cobijen con MC, membresía a la que sin duda harán mucho daño dada la historia negra que traen consigo. Allá verá la alcaldesa si enfila sus alianzas por ahí, aunque debe recordar que antes debe cumplir primero con su nuevo encargo al frente del municipio. Nada más.