Acapulco, Gro., 31 de octubre del 2024.- La Secretaría de Salud (SSA) regresará oficialmente a la Ciudad de México, dejando de lado el intento de descentralización de su sede en Acapulco, un proyecto del sexenio anterior que no dio los resultados esperados.
La decisión de cerrar la sede en Acapulco fue liderada por el Dr. David Kershenobich, quien dejó claro a su equipo que la sede costera será clausurada de manera definitiva. Desde hace meses, ya no operaba con regularidad y el huracán John en septiembre ayudó a reafirmar esta decisión, evidenciando que “el proyecto presidencial del sexenio pasado de descentralizar las dependencias federales fue otro fracaso”.
En particular, el traslado de SSA, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) hacia Acapulco se considera una medida “forzada” que generó altos costos e inversiones sin beneficios claros, según señala la periodista Maribel Ramírez para El Economista.
De acuerdo con la periodista, el edificio en la Costera Miguel Alemán que fungía como sede oficial “será devuelto al gobierno de Guerrero”, y su posible reutilización para abrir una universidad podría ser evaluada por la gobernadora Evelyn Salgado.
Reorganización de la SSa en la Ciudad de México
Para optimizar su operación en la capital, SSA también recuperará el histórico edificio de Lieja, ubicado a un costado del Paseo de la Reforma. El Dr. Kershenobich y los subsecretarios Ramiro López y Eduardo Clark se instalarán ahí, aunque se habilitarán otros espacios en Marina Nacional, Avenida Homero y Periférico Sur para albergar a todos sus equipos. El retorno del Consejo de Salubridad General y otras áreas está en análisis, al igual que la posibilidad de transformar parte del espacio en un centro cultural.
Ramírez Coronel subraya que el nuevo equipo ha llegado “con un espíritu de entusiasmo”, destacando a Eduardo Clark, quien se encargará de áreas críticas como compras de insumos y la creación de plataformas tecnológicas para gestionar la logística de abastecimiento. Sin embargo, advierte que el subsecretario Clark y su equipo enfrentarán una “curva de aprendizaje” debido a las complejidades del sistema nacional de salud, un proceso que podría tomar hasta dos años.
Ante este desafío, la periodista sugiere evitar “querer inventar el hilo negro”. En lugar de construir desde cero, la SSA podría retomar plataformas exitosas previas, como la del IMSS, cuyo director Zoé Robledo ha ofrecido. “Era un esquema eficiente”, señala, donde los proveedores surtían automáticamente cuando los inventarios de medicamentos o materiales bajaban a niveles críticos, un sistema que no se ha replicado con éxito bajo Insabi y Birmex.
Nombramientos Clave
Con el reordenamiento, los directivos en varias áreas han sido designados. Francisco José Gutiérrez Rodríguez asumirá la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) en un edificio cercano al Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen). En Marina Nacional, Laura Cortés Sanabria estará al frente de la Dirección General de Calidad y Educación en Salud, mientras que Liliana Hernández Mendoza tomará la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed). Otros nombramientos incluyen a Raúl Peña Viveros en Planeación y Desarrollo, y a Jorge Fernando Rodríguez González en Quejas y Denuncias.
Finalmente, en la sede de Homero, el análisis económico estará a cargo de Sergio Antonio Bautista Arredondo, y Miriam Machicao Ceballos liderará la Unidad de Administración y Finanzas. Con esta estructura, la SSA busca dar un paso firme hacia un sistema más organizado y eficiente, dejando atrás las secuelas de la descentralización fallida del sexenio pasado.