Ciencia revela las canciones “perfectas” y su fórmula para el placer musical
A pesar de las conclusiones técnicas del estudio, la música sigue siendo profundamente subjetiva
Berlín, 28 de noviembre del 2024.— La música, ese lenguaje universal que nos conecta y emociona, ha sido objeto de un fascinante estudio realizado por el Instituto Max Planck.
En un esfuerzo por desentrañar los secretos detrás de las canciones más memorables, un equipo de investigadores analizó 80 mil acordes de éxitos populares grabados entre 1958 y 1991, buscando patrones que explicaran qué hace que ciertas composiciones sean irresistibles para nuestros oídos.
El secreto de la perfección musical
El estudio concluyó que las canciones “perfectas” logran un equilibrio entre lo predecible y lo inesperado.
Es decir, aquellas piezas que establecen una expectativa clara, pero que a la vez sorprenden con giros inesperados, son las que generan mayor placer en los oyentes. Este balance mantiene a las personas emocionadas, atentas y, en muchos casos, escuchando las canciones en repetición.
De este análisis surgió una lista de seis canciones que, según la ciencia, representan este equilibrio ideal:
- The Beatles – “Ob-La-Di, Ob-La-Da” (1968)
Una melodía alegre y rítmica que mezcla simplicidad con inesperados cambios en su estructura, un ejemplo clásico del ingenio creativo de los Beatles. - Genesis – “Invisible Touch” (1986)
Este éxito del pop-rock destaca por su estructura dinámica, combinando emoción y sorpresa en cada acorde. - BJ Thomas – “Hooked on a Feeling” (1968)
Con su inolvidable “Ooga-Chaka”, esta canción demuestra cómo un elemento inesperado puede dejar una huella indeleble. - The Jackson 5 – “I Want You Back” (1969)
Una explosión de energía juvenil con complejos cambios armónicos que atrapan al oyente desde el primer instante. - The La’s – “There She Goes” (1988)
Su delicada simplicidad está llena de pequeños giros melódicos que evocan una profunda conexión emocional. - Van Halen – “When It’s Love” (1988)
Una balada que combina la fuerza del rock con sorpresas melódicas, logrando un balance cautivador.
El placer de lo inesperado
La investigación del Instituto Max Planck también arrojó luz sobre cómo el cerebro procesa la música. Según los expertos, el placer musical depende de nuestra capacidad de anticipar lo que vendrá, combinado con la sorpresa que rompe esa expectativa. Este fenómeno activa los centros de recompensa del cerebro, generando una experiencia placentera.
Más allá de la ciencia
A pesar de las conclusiones técnicas del estudio, la música sigue siendo profundamente subjetiva. Nuestra conexión con las canciones está influida por experiencias personales, recuerdos y emociones. Lo que para algunos es una obra maestra, para otros puede pasar desapercibido.
“La música, en toda su complejidad, tiene el poder de cautivar tanto al corazón como a la mente”, señala el informe.
Así, aunque estas seis canciones hayan sido catalogadas como “perfectas” desde un punto de vista técnico, cada persona tiene su propia lista basada en su historia y sensibilidad.