Abejas contra elefantes: Con innovador método protegen cultivos en Kenia
El éxito del modelo keniano ha inspirado proyectos similares en Zambia y Malawi
Ciudad de México, 16 de diciembre de 2024.- En las zonas rurales de Kenia, especialmente en los alrededores del Parque Nacional de Tsavo, una iniciativa innovadora está cambiando la relación entre los humanos y los elefantes: el uso de cercas de colmenas para proteger los cultivos.
Este método no solo preserva los medios de vida de los agricultores, sino que también contribuye a la conservación de los elefantes.
Charity Mwangome, una agricultora de la región, relata el temor constante de que los elefantes destruyan sus cosechas. “Las cercas de colmenas vinieron a nuestro rescate.
Solíamos odiar mucho a los elefantes”, comenta. Y no es para menos: los elefantes, cuyo número en Tsavo ha aumentado un 300 % desde la década de 1990, representan una amenaza significativa para las comunidades locales debido a los daños que pueden causar en las tierras agrícolas y los hogares.
El método consiste en instalar colmenas a lo largo de los cultivos, ya que los elefantes temen el zumbido de las abejas africanas, cuyos aguijones pueden dañar la piel sensible de sus trompas y ojos. Cuando un elefante intenta cruzar las cercas, el movimiento activa el alambre al que están sujetas las colmenas, lo que despierta a las abejas y provoca que los animales se alejen rápidamente.
Esta iniciativa es promovida por la organización Save the Elephants, que busca transformar a los agricultores en apicultores.
Aunque el costo inicial de aproximadamente 1.000 dólares representa un desafío, ya se han reclutado 49 agricultores para el proyecto. Además, la apicultura ofrece un beneficio adicional: la miel producida puede generar ingresos suficientes para cubrir gastos escolares y otras necesidades.
El éxito del modelo keniano ha inspirado proyectos similares en Zambia y Malawi. En estas regiones, el Fondo Internacional para el Bienestar Animal distribuyó cerca de 300 colmenas en comunidades alrededor de la gigantesca Área de Conservación Transfronteriza Malawi-Zambia, que abarca 32.000 kilómetros cuadrados de tierras protegidas. Este esfuerzo busca no solo disuadir a los elefantes, sino también combatir la caza furtiva y enriquecer las economías locales.