18 September, 2024
Carlos Trouyet: el magnate que marcó la historia de Acapulco
A través de su visionario desarrollo inmobiliario en el puerto, la huella de Trouyet sigue viva en la historia de este destino
Ciudad de México, 29 de julio de 2023.- Carlos Trouyet, destacado empresario, banquero y accionista mexicano que encabezó la nacionalización de Teléfonos de México (Telmex) en la década de 1950, ha dejado un legado indiscutible en la historia del país y particularmente del puerto de Acapulco.
Nacido en la Ciudad de México como hijo de un inmigrante francés y una madre mexicana, Trouyet amasó una considerable fortuna a lo largo de su vida y fue un actor clave en la nacionalización de la industria telefónica en México.
Trabajando desde muy temprano en su vida, Trouyet empezó su carrera como mensajero del Banco Francés de México y ascendió rápidamente hasta ocupar el cargo de presidente del Consejo de Administración del Banco Comercial Mexicano S. A. en 1965.
Su participación fue crucial en las negociaciones con Ericsson y la American International Telegraph & Telephone Corporation para la adquisición de acciones de Telmex en 1958. En 1960, Trouyet asumió la presidencia del consejo de Telmex, marcando el inicio de la empresa como entidad completamente mexicana.
Además de su impacto en la industria de las telecomunicaciones, Trouyet es reconocido por la construcción del exclusivo fraccionamiento “Las Brisas” en Acapulco.
Esta lujosa zona residencial, que incluye el hotel “Las Brisas”, se sitúa en las laderas de las montañas que rodean la bahía de Acapulco, ofreciendo vistas panorámicas de la ciudad.
Trouyet se casó con Milly Hauss en 1936, con quien tuvo seis hijos. Sus dos hijos mayores, Carlos y Jorge, se involucraron en los negocios familiares. Sin embargo, una tragedia golpeó a la familia en 1967 cuando Carlos y Jorge fallecieron en un accidente de avión.
En memoria de sus hijos, la familia Trouyet decidió construir la Capilla Ecuménica de la Paz en la cima del cerro “El Guitarrón” en Acapulco.
La capilla, que destaca por su monumental cruz de concreto, es visible desde casi cualquier punto de la bahía de Acapulco. A pesar de que la señora Hauss no pudo ver la obra terminada, su sueño sigue vivo, manteniendo la memoria de su familia y su impacto en la imagen del puerto turístico.
Con información de El Universal
