Acapulco

Siguen a oscuras colonias y comunidades suburbanas de Acapulco

Grupos de ciudadanos, encabezados generalmente por mujeres, acuden desde temprano a sitios donde pernocta el personal técnico de la CFE

Siguen a oscuras colonias y comunidades suburbanas de Acapulco
anews
noviembre 09, 2023 4:17 pm

Carlos Ortiz Moreno

Pese a las cifras alegres del propio presidente Andrés Manuel López Obrador de que Acapulco ya se encuentra bien, diversas colonias populares siguen sumidas en la oscuridad, hundidas entre árboles enormes y postes de energía eléctrica caídos en sus calles y kilómetros de cables tirados por doquier.

Los habitantes de esas colonias, literalmente, persiguen a los empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que vayan a los sitios donde viven porque siguen sin ser reconectados.

Diversos grupos de ciudadanos, encabezados generalmente por mujeres, acuden desde temprano a los sitios donde pernocta el personal técnico de la paraestatal.

Incluso, algunos colonos denuncian que los empleados de la CFE sector Acapulco les piden “la coperacha” para subirles las cuchillas a los postes que les dan corriente eléctrica.

Contrario a esa práctica corrupta, los trabajadores de CFE, provenientes de otros estados del país, rechazan dinero e incluso algún alimento o refrescos de la población.

¿Y la “contingencia sanitaria”?

Todo lo que “Otis” devastó el pasado 25 de octubre tras impactar a este puerto como huracán categoría 5, ahora se apila en banquetas y camellones en montículos malolientes de hasta dos metros de altura.

Decenas de toneladas de basura y escombros están por todas las calles y avenidas, desde la costera Miguel Alemán en la Zona Dorada, pasando por el Bulevar de las Naciones, en la exclusiva área Diamante, hasta las colonias populares como Renacimiento, Zapata o El Coloso.

Las labores de limpieza de los gobiernos municipal y estatal hasta ahora han sido insuficientes y los desechos que han recogido sólo ha servido para liberar las principales vías y permitir el tránsito vehicular.

“Ya están recogiendo la basura, las máquinas, los camiones de volteo ya andan recogiendo la basura en las calles, pero es insuficiente porque es demasiada basura, está horrible esto. Jamás en mi vida había visto esto, pero le repito, ya andan haciendo limpieza, poco a poco porque no se puede de la noche a la mañana“, dice Bernarda Vázquez, quien va recorriendo las calles tomándole fotos a los montones de desechos acumulados sobre la vía Wilfrido Massieu.

La herida que aún no cicatriza

A 16 días del paso del huracán, Acapulco aún sigue en escombros. Los hoteles, los edificios departamentales, los restaurantes, las casas de playa, todos están con los vidrios rotos, los plafones reventados y el cableado y los tubos del aire acondicionado colgando de los techos.

En muchos de ellos, los trabajadores que prestaban los servicios turísticos ahora están ocupados en remover recubrimientos, levantar muebles rotos y húmedos, barrer patios y sacar la máxima basura posible.

Obligados por sus patrones, los empleados han dejado sus viviendas solas, incluso algunas sin ser limpiadas porque “aquel que no vaya a remover escombros en sus empresas laborales serán corridos y no importa que haya demandas”.

Esto va para largo, son montones y montones de basura lo que tenemos que sacar y no sabemos después que va a pasar con todo este desperdicio, cómo nos vamos a deshacer de él“, dice Horacio Lara.

Las pérdidas materiales provocadas por “Otis” aún no han sido estimadas con precisión. Los hoteles y dueños de departamentos que cuentan con la cobertura de un seguro están en el trámite de valuación de daños.

Esto es lo peor que le ha pasado a Acapulco, nunca había habido una destrucción como la de este huracán, afectó a todos, pobres y ricos o ricos y pobres.

No hay una casa, no hay un restaurante, no hay un local, no hay nada que no esté afectado. Todos perdieron en diferentes niveles. En la arena no hay camastros, no hay turistas tendidos dorándose al sol, ni quien venda quesadillas de pescado o cocteles de camarón, tampoco quien haga trencitas o venda pulseras y otras chucherías.

Lo que sí hay es la puerta de un frigobar que seguramente salió volando de la habitación de un hotel; botellas de champú, latas de refresco y cerveza, trozos de un colchón y un sillón, pedazos de troncos y ramas, cocos, fragmentos de yeso y unicel.

Ninguna autoridad se ha abocado a la limpieza de las playas.

Los comerciantes de la avenida costera Miguel Alemán, que va desde Caleta hasta Icacos, recogieron toda la basura que pudieron y la apilaron sobre las banquetas y el camellón de la principal avenida turística de Acapulco.

Las autoridades municipales ya pasarán a levantarla… pero se encuentran rebasadas por la cantidad que hay que retirar.

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