Acapulco de la rapiña
“No era nada extraño ver a personas cargando colchones tamaño matrimonial en la espalda… mientras manejaban una motoneta… que también habían robado”
Por Juan José Belmonte
Acapulco de Juárez, 26 de octubre de 2023.- ¿La desesperación, la oportunidad, la alevosía o la ventaja? Algo de esto llevó a los acapulqueños a saquear cuanto comercio pudo tras el paso del huracán Otis.
Incluso aún en la oscuridad del fatal 25 de octubre varios saqueadores se aprestaron a entrar en completa impunidad a los pequeños comercios. Los más codiciados fueron los OXXO y 3B. No quedó nada, si acaso y de forma milagrosa en el ubicado en Granjas y Pie de la Cuesta sólo dejaron cerveza.
En una catástrofe así, la urgencia de agua y comida y la aparente inacción u omisión de la autoridad, orillaría a los afectados a tomar lo que sea con tal de ayudar a su familia.
Algunos grandes comercios como Walmart abrieron sus puertas para que la gente tomara agua, comida y ropa, más no electrodomésticos. Según personas a oído de calle al pasar ahí sí respetaron.
Sin embargo el centro comercial ubicado sobre Calzada Pie de la Cuesta y sus tiendas Chedraui y Coppel fueron saqueadas siendo los electrodomésticos (cuando Acapulco lleva 72 horas sin luz) los más socorridos.
Camionetas cargaban hasta dos refrigeradores, otros no desaprovecharon la oportunidad de robarse los carritos del supermercado y llenarlo con cuanta cosas podían como pantallas, licuadoras, hornos de microondas, freidoras, refrescos, cervezas, equipo para gimnasio, dulces… no quedó nada. Otros fueron más inteligentes y de plano tomaron los carritos de plataforma que usan en el almacén y ahí cargaron con todo. Tres personas eran necesarias para mover estas unidades.
Las farmacias también fueron víctimas de saqueo. Un policía que se encontraba en una esquina viendo el saqueo solo arqueó los hombros y dijo: ¿Qué quiere? ¿Qué les dispare?
No era nada extraño ver a personas cargando colchones tamaño matrimonial en la espalda… mientras manejaban una motoneta… que también habían robado.
En una mueblería ubicada en avenida Ejido, el dueño gritaba desesperadamente a los saqueadores que se llevaban juegos de salas completas: ¡”Váyanse ladrones! ¡No tienen idea de lo que me costó construir este negocio!”.
No podía hacer más. No había Ejército, Marina, Guardia o policía que se aprestara en una de las principales avenidas del puerto.
La seguridad no se dio abasto. Y la inseguridad menos.
Algunos de los saqueadores comentaban entre ellos, tratando de redimir culpas que todos estaban asegurados y que ese dinero las grandes tiendas lo iban a recuperar. Así decían de Costco.
¿Se recuperará Acapulco de tremenda rapiña? ¿Volverán a abrir sus puertas tras tremendo saqueo?
¿Cuánto tiempo tardará un Chedraui, Aurrerá, OXXO, Coppel, Elektra en reabrir sus puertas a sabiendas que no hay seguridad suficiente para proteger sus intereses?
Son preguntas que quedarán en el aire. Muy muy por arriba de Acapulco, de lo contrario, también se las roban.