Condenan a mujer de 99 años que colaboró en campo nazi
La justicia alemana confirmó la condena por complicidad en el asesinato de 10 mil personas en un campo de concentración
Berlín, Alemania, 21 de agosto de 2024.- La justicia de Alemania confirmó la condena de Irmgard Furchner, una mujer de 99 años, por complicidad en asesinato, por su papel como mecanógrafa en un campo de concentración nazi, en los dos últimos años de la Segunda Guerra Mundial.
Furchner fue condenada a dos años de prisión en suspenso por complicidad en el asesinato de 10 mil 505 personas durante su etapa como secretaria de 18 y 19 años en el campo de concentración de Stutthof, en 2022. Durante 1939 y 1945 estuvieron internados en Stutthof 110 mil personas.
El Tribunal Federal rechazó el argumento de su abogado de que su participación no iba más allá de la realización de actividades “cotidianas” como mecanógrafa. Su sentencia, que confirma la decisión del tribunal inferior, es firme y no puede ser recurrida.
El principio de que las actividades profesionales típicas y neutrales de ‘naturaleza cotidiana’ no son delictivas no se aplica en este caso, ya que la acusada sabía lo que hacían los autores principales y les apoyó en ello”, escribieron los jueces del tribunal de Leipzig.
Unas 65 mil personas murieron de inanición y enfermedad o en la cámara de gas del campo de Stutthof, cerca de Gdansk, en aquel entonces todavía ciudad de Danzig. Entre ellos había prisioneros de guerra y judíos atrapados en la campaña de exterminio de los nazis.
Muchos fueron transportados para ser gaseados en Auschwitz
La incomparecencia de Furchner, al inicio de su juicio en 2021 la convirtió, a sus 96 años, en una de las fugitivas más longevas del mundo, lo que llevó a los jueces a dictar una orden de detención.
“Para las víctimas es importante ser oídas por una instancia oficial”, dijo en declaraciones al diario Süddeutsche Zeitung el catedrático de Derecho de la Universidad de Erlangen, Christoph Safferling.
Es la última de una serie de nonagenarios acusados de crímenes del Holocausto, en lo que se considera una carrera de los fiscales para aprovechar la última oportunidad de hacer justicia a las víctimas de algunos de los peores asesinatos en masa de la historia.
La sentencia se da luego de que en 1969 la justicia alemana dificultó la persecución de los responsables del campo de concentración al exigir que a estos se les tenía que probar su complicidad en casos concretos y mostrar una causalidad entre sus actos y los crímenes.