Sobreviviente narra la tragedia por estampida en Corea del Sur
La tragedia dejó casi 150 muertos, la mayoría jóvenes y adolescentes.
Seúl, 29 de octubre de 2022.- La mayoría de los fallecidos por la estampida humana ocurrida este sábado en la capital de Corea del Sur eran jóvenes y adolescentes que acudían a festividades por Halloween.
Medios locales han actualizado la cifra de muertos en 149, incluidos dos extranjeros.
En tanto, The New York Times entrevistó a una adolescente superviviente a los empujones y caídas entre la multitud que culminó con la muerte decenas de personas.
La estudiante de secundaria, Kim Seo-jeong, de 17 años, dijo al diario estadounidense que había acudido con una amiga, ambas disfrazadas, al popular distrito de vida nocturna de Seúl, Itaewon.
Los asistentes estaban entusiasmados porque eran las primeras festividades tras la desaparición de las restricciones por la pandemia del Covid-19.
Según la narración de la adolescente, el problema radicó en que los dueños de los bares tardaron en abrir y dejar pasar a los asistentes, quienes se aglomearon en un callejón ubicado al costado del Hotel Hamilton.
“Cuando entramos en el callejón a las 8 de la tarde, ya había tanta gente que apenas podíamos dar un paso adelante”, dijo Kim .
“Nos dimos por vencidas una hora después e intentamos dar la vuelta para volver a casa, pero tampoco podíamos avanzar en la otra dirección. Había gente empujando por detrás de nosotros. Había gente delante de nosotros empujando por la colina para ir en la otra dirección”, añadió.
Más tarde, contó, un grupo de jóvenes dio un fuerte empujón, coreando “¡Empuja! Empuja!”
“Una persona delante de mí resbaló y se cayó, empujándome también hacia abajo. Las personas que estaban detrás de mí cayeron como fichas de dominó”, dijo Kim.
“Había gente debajo de mí y gente cayendo encima de mí. Apenas podía respirar. Gritamos y pedimos ayuda, pero la música estaba tan alta en el callejón que nuestros gritos quedaron ahogados”, añadió.
La mayoría de los muertos eran adolescentes o veinteañeros, según Choi Seong-beom, un alto funcionario del cuerpo de bomberos de Seúl.
Kim y su amiga consiguieron salir arrastrándose y los adultos las llevaron a una taberna. Después, salieron del callejón y presenciaron un auténtico caos.
El callejón estaba tan abarrotado y era tan ruidoso que la gente parecía no enterarse de lo que estaba ocurriendo a varios metros de distancia, según Kim.
Contó que la gente estaba filmando a la multitud con sus teléfonos. Algunos estaban ocupados poniéndose cosméticos de Halloween. Otros gritaban a los dueños de los bares, preguntando cuándo podían entrar.
Los pocos agentes de policía que acudieron al lugar, haciendo sonar silbatos, intentaron controlar a la multitud, pero fue en vano.
La propia Kim no supo lo mortífero que había sido el hecho hasta que estaba en el metro de vuelta a casa en Yongin, al sur de Seúl, cuando consultó Internet y vio las noticias.
“Nuestra gente es tan insensible a la seguridad pública”, dijo.
“El gobierno debería haber enviado más policías para controlar a la multitud”, añadió.