Acapulco después del huracán – Propuestas y Soluciones
La naturaleza es inagotablemente sostenible si cuidamos de ella. Es nuestra responsabilidad universal pasar una tierra sana a las futuras generaciones.
Sylvia Dolson (Escritora, naturalista y fotógrafa de la vida salvaje).
A un mes del paso devastador del huracán Otis por Acapulco, el semblante de la Perla del Pacífico refleja la crudeza de la tragedia y la realidad desgarradora de una comunidad que clama por ayuda. Bajo el hashtag #NosDejaronSolos y la súplica #AcuérdateDeAcapulco, la sociedad civil de Acapulco, alza la voz para expresar la decepción y el dolor que ha dejado a su paso la ineficacia gubernamental.
Afortunadamente, las empresas que yo dirijo, sufrieron una afectación tan solo del 20 % y dimos hospedaje en las otras habitaciones a personal de apoyo del gobierno federal, quienes auxiliaron en gran medida a dejar funcional el hotel y el restaurante. Otras de mis empresas sufrieron pérdidas totales y cuantiosas, por el saqueo organizado.
La magnitud del desastre es innegable: calles convertidas en ríos, hogares desmoronados y vidas truncadas. Acapulco, que ha resistido los embates de la naturaleza a lo largo de los años, se encuentra ahora en una encrucijada sin precedentes. Sin embargo, lo que más pesa en el corazón de sus habitantes es el sentimiento abrumador de haber sido abandonados en su hora más oscura.
La respuesta federal, lamentablemente, ha sido más lenta de lo que la urgencia requería. A un mes del huracán, la ayuda llega con cuentagotas, y la infraestructura esencial sigue siendo un sueño lejano para muchos. La pregunta resonante, marcada por la tristeza y la indignación, es: ¿por qué Acapulco parece haberse desvanecido del radar de las prioridades gubernamentales?
Bajo el microscopio de la crítica justa, es inadmisible que en el presupuesto de egresos de la federación para el año 2024 no se haya asignado una cantidad significativa para la reconstrucción de Acapulco.
El olvido presupuestario es una bofetada a la cara de aquellos que han perdido sus hogares, sus posesiones y, en algunos casos, a seres queridos. ¿Cómo es posible que una ciudad que ha contribuido al turismo y a la economía nacional sea abandonada en su hora de necesidad?
Nuestra exigencia no es solo un grito de desesperación, sino un llamado a la acción y a la responsabilidad. Exigimos, de manera respetuosa pero firme, que se destinen recursos de manera programática e inteligente para la reconstrucción de Acapulco. Esta ciudad, que ha sido testigo de tantos amaneceres y atardeceres gloriosos, no merece perecer en el olvido de la burocracia y la indiferencia gubernamental.
La reconstrucción no puede ser solo un eslogan. Debe ser una promesa cumplida, respaldada por asignaciones presupuestarias reales y estrategias eficaces. La resiliencia de Acapulco no reside solo en su geografía asombrosa, sino en la fuerza indomable de su gente. La ayuda debe llegar ahora, no mañana, y debe llegar de manera suficiente para abordar las necesidades más apremiantes.
Es hora de que el gobierno federal no solo recuerde a Acapulco, sino que también actúe con diligencia y compasión. La falta de acción envía un mensaje doloroso a quienes aún esperan la ayuda que les permita reconstruir sus vidas. Acapulco no está solo en esta lucha, y su resurgimiento será el testimonio vivo de la unidad y la perseverancia de su gente.
En conclusión, #NosDejaronSolos y #AcuérdateDeAcapulco resuenan como una advertencia a aquellos que tienen el poder de cambiar el destino de una ciudad que ha enfrentado la furia de la naturaleza. El reclamo no es solo por el presente de Acapulco, sino por su futuro.
Es hora de actuar con urgencia, empatía y la firme convicción de que, juntos, podemos ayudar a Acapulco a levantarse de entre las ruinas y brillar nuevamente como la joya que siempre ha sido. Los acapulqueños lo lograremos, somos guerreros, somos el crisol de la raza cósmica, la raza de bronce de Vasconcelos. No nos quedaremos atrás.
El gobierno federal, debe tener muy presente, de que al menos en Guerrero, la inacción ha producido una gran decepción (el presidente redujo su aprobación en al menos 16 puntos, en el estado y seguramente aún más en Acapulco).
Debemos de trabajar todos, los tres órdenes de gobierno, la población, la iniciativa privada, en este gran reto que implica la reconstrucción, recordemos que solamente Juntos, Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG