¿Tener un gato puede provocar esquizofrenia? Estudio sugiere posible relación

Ciudad de México, 17 de agosto del 2024.- Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, ha generado controversia al sugerir que tener un gato como mascota podría aumentar el riesgo de desarrollar esquizofrenia.

Según la investigación, los dueños de gatos tendrían un mayor riesgo de experimentar trastornos relacionados con la esquizofrenia y otras experiencias psicóticas (PLE).

¿Qué datos arrojó el estudio?

El estudio se basó en datos recopilados de 17 investigaciones realizadas en 11 países durante un periodo de 44 años. Los resultados indicaron que las personas que han tenido gatos, o que han estado expuestas a estos animales antes de los 25 años, tienen el doble de probabilidades de desarrollar esquizofrenia.

Los investigadores atribuyen este riesgo al parásito Toxoplasma gondii (T. gondii), comúnmente encontrado en gatos domésticos, que puede afectar el sistema nervioso central de los humanos y causar cambios en los neurotransmisores del cerebro, lo que podría llevar a delirios, alucinaciones y cambios de personalidad.

El estudio también menciona un experimento realizado en Estados Unidos con 354 estudiantes, donde aquellos que habían sido mordidos por sus gatos mostraron mayores puntajes en una escala de esquizofrenia, que mide patrones de pensamiento inusuales y desorganizados.

Posible relación entre gatos y esquizofrenia genera debate

Sin embargo, estos hallazgos han provocado un intenso debate en la comunidad científica. Muchos especialistas cuestionan la validez de la investigación, señalando que no se consideraron factores importantes como los antecedentes sociales, económicos y familiares de los participantes, lo que podría influir en el riesgo de desarrollar esquizofrenia.

El estudio, publicado en el Oxford Academy Schizophrenia Bulletin, concluye que se necesitan más investigaciones de calidad para determinar con mayor precisión la relación entre la tenencia de gatos y el desarrollo de esquizofrenia. Mientras tanto, la comunidad científica permanece dividida respecto a la interpretación de estos resultados y su relevancia para la salud pública.