Sus afirmaciones sobre la complejidad del circuito de 4 mil 421 kilómetros demostraron que el trazado mexicano no estaba entre sus preferidos, ya que no logró obtener la victoria en sus primeras tres participaciones de 1986 a 1988.
No obstante, en 1989, a bordo del McLaren MP4/5 y tras obtener victorias consecutivas en San Marino y Mónaco, Senna llegaba al Autódromo Hermanos Rodríguez, en lo que entonces se conocía como el Distrito Federal, como el principal candidato para lograr la primera posición en el podio.
El Gran Premio de México se celebraba por segunda vez en mayo, y el piloto brasileño se encontraba extremadamente motivado para lograr su primera victoria en la capital mexicana.
En la primera edición del Gran Premio de México en la segunda era, en 1986, Ayrton Senna terminó en la tercera posición, detrás de Gerhard Berger y Alain Prost. En 1987, no logró completar la carrera, y en 1988 obtuvo la segunda posición, justo detrás de Prost.
Por lo tanto, la carrera de 1989 era de gran importancia para Ayrton Senna, quien logró el primer lugar en la Práctica Libre 1, el segundo lugar en la Práctica 2 y lideró ambas sesiones de clasificación, que se llevaban a cabo en aquellos años.
El domingo, durante el warm up, Senna salió a la pista con el ajuste perfecto de su McLaren MP4/5 y solo revisó el comportamiento del automóvil para finalizar en la tercera posición.
En la carrera, el brasileño fue preciso en la arrancada y fue el primero de los autos en llegar a la curva Moisés Solana. Senna fue contundente y tuvo una aplastante victoria, para vencer por más de 15 segundos a Riccardo Patrese (Williams) y por más de medio minuto a Michele Alboreto (Tyrrell).
El 28 de mayo de 1989, en aquel domingo, Senna logró superar a uno de sus principales adversarios, el Autódromo Hermanos Rodríguez, y hasta el día de hoy, 34 años después, sigue siendo el último piloto latinoamericano en obtener la victoria en un Gran Premio de México.