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30 October, 2024
Honrarán al ‘Hachiko de Crimea’ que esperó a su dueño 12 años
Mukhtar, el perro que esperó el regreso de su difunto dueño durante más de una década en el paseo marítimo de Yalta, ha fallecido
Yalta, 14 de septiembre de 2023.- Mukhtar, el leal perro que aguardó por el regreso de su dueño por más de diez años, ha muerto. El animal, conocido popularmente como el ‘Hachiko de Crimea’, se volvió una figura icónica en el paseo marítimo de Yalta, ubicada en la costa septentrional del Mar Negro.
Ahora, tanto autoridades como residentes de la ciudad se han unido para rendir homenaje a este símbolo de fidelidad con una estatua.
Este can se ganó el corazón de muchos luego de que en 2011 su dueño falleciera trágicamente ahogado, trabajando como socorrista en la costa.
Una trágica historia que conmovió a todos
A raíz de ese incidente, Mukhtar adoptó la rutina de acudir diariamente al malecón, mirando al océano y esperando. Fue apodado “Hachiko” por los lugareños, en referencia al famoso perro japonés de raza akita con una historia similar de lealtad.
Yanina Pavlenko, jefa de la administración local de Yalta, mencionó a medios: “Es una gran pérdida para nosotros, porque Mukhtar conocía y quería a casi todos los que venían a nuestra ciudad”.
Su presencia era tan emblemática que, en más de una ocasión, el perro acompañaba a Víktor Malinovski, un trompetista callejero, sumándose a sus interpretaciones con ladridos que superaban el sonido de la música.
Sin embargo, la lealtad no fue la única hazaña de Mukhtar. Se recordará al can también por su valentía, ya que, según testigos, hace años se lanzó al mar para ayudar en el rescate de personas de una embarcación volcada. Durante este acto heroico, Mukhtar sufrió heridas causadas por la hélice de acero de la embarcación, las cuales dejaron cicatrices visibles en su cuerpo.
Anuncia la construcción de un monumento en el paseo marítimo
La ciudad de Yalta, conmovida por la pérdida, ha anunciado la decisión de erigir un monumento en honor a Mukhtar. Se espera que la estatua se coloque en el paseo marítimo, el mismo lugar donde el can solía esperar a su dueño.
La noticia de su fallecimiento se propagó rápidamente, no solo entre los residentes locales, sino también a nivel internacional, convirtiéndose en un símbolo de lealtad y amor incondicional de los caninos hacia sus humanos.
