Baghlan, Afganistán – Las autoridades han confirmado la devastación tras las inundaciones repentinas que azotaron la provincia de Baghlan, al noreste de Afganistán. Según el último reporte del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el saldo mortal asciende a 311 personas, con un recuento preliminar.

La tragedia, desencadenada el viernes, ha dejado a más de 2 mil hogares destruidos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), otra agencia de la ONU. La mayoría de las víctimas se registraron en los distritos de Baghalan Jadid y Burqa, donde se estima que más de 200 personas perdieron la vida en un solo día.

Las labores de rescate y asistencia están en marcha, con equipos de emergencia movilizados para ayudar a los afectados. Sin embargo, las autoridades locales advierten que el balance de muertes podría aumentar, ya que aún hay áreas inaccesibles.

Las inundaciones, resultado de una temporada de primavera excepcionalmente lluviosa, han golpeado duramente a un país ya vulnerable al cambio climático y con escasos recursos para enfrentar desastres naturales. El Ministerio de Defensa ha iniciado la distribución de alimentos, medicamentos y primeros auxilios en la región afectada, mientras el ejército del aire evacua a los heridos hacia hospitales.

Testimonios desgarradores de sobrevivientes describen escenas de destrucción total. Jan Mohammad Din Mohammad, residente de Puli Kumri, relata cómo su casa fue arrasada y su familia tuvo que huir hacia las colinas. La magnitud del desastre es aún incalculable, con pérdidas humanas y financieras que afectan a toda la región.

Las autoridades locales y la comunidad internacional han expresado condolencias a las víctimas y han instado a una acción más contundente para enfrentar los desafíos del cambio climático en Afganistán.