El voyerista
Por Alfredo Guzmán • ¿Camina la unidad en el PRI Guerrero? Hay eventos y situaciones que hacen suponer que lo que sigue es una ruptura, o crisis política, derivada de posicionamientos políticos encontrados, pero que al final de cuentas, sólo son parte del juego político, que juega cada quien, donde todos caminan sino de la […]
Por Alfredo Guzmán
• ¿Camina la unidad en el PRI Guerrero?
Hay eventos y situaciones que hacen suponer que lo que sigue es una ruptura, o crisis política, derivada de posicionamientos políticos encontrados, pero que al final de cuentas, sólo son parte del juego político, que juega cada quien, donde todos caminan sino de la mano, sí en pos de seguir trabajando para lo que ha de venir.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el país y en Guerrero es una organización política de las más longevas. Por sus siglas han pasado, millones de personas, que en su momento fueron líderes y hoy, son críticos acérrimos de la organización, estableciendo como natural, que la política es así.
Hay priistas en el Partido Acción Nacional (PAN), en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en Morena, donde su principal líder, pasó dejando huella al elaborar, según él, el himno de ese partido. Me refiero a Andrés Manuel López Obrador.
Dante Delgado, es otro, quien hoy dirige desde su creación al Partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia.
El caso del PT fue formado por un ex presidente priista, para jugar con la política y utilizar a esa organización, con supuesta filiación de izquierda, para fines estrictamente políticos.
En Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, es un ex priista. Y muchos más, que hoy están con Morena.
En el pasado reciente, algunos medios por motivación propia y en otros casos inducidos, hicieron comentarios sobre la posible salida de Mario Moreno Arcos, luego de que supusieron que como recientemente fue candidato a gobernador, pero perdió, alcanzando la mayor cifra de votos en la historia electoral del PRI en Guerrero, le tocaba ser el próximo dirigente.
Mario Moreno Arcos, en efecto hizo algunos comentarios críticos al método de elección, del próximo liderazgo en el estado, pero al final de cuentas, entiendo, asume que mantenerse dentro del PRI, es lo mejor ahora, para poder seguir abonando a fortalecer a la organización, para lo que haya qué venir después.
Hay una convocatoria para definir en breve, por el procedimiento de asamblea de delegados, quien será el próximo líder estatal del PRI Guerrero.
En un principio se supuso que Mario Moreno se apuntaría, pero desistió, por algunas razones que desconocemos, aunque podemos intuir.
Otro que desde que se conoció la convocatoria y que no sólo levantó la mano, sino que se lanzó al ruedo en pos de promover su interés de resultar ser electo por el procedimiento ya antes mencionado, es Alejandro Bravo Abarca.
El ex diputado, funcionario, y ex dos veces presidente municipal una ocasión de Zihuatanejo y otra de su natal Petatlán, sin distraerse, aunque si reconociendo que sólo la unidad partidaria y de todos los liderazgos políticos permitirá a esa organización enfrentar con mayores posibilidades de éxito, los próximos retos.
Sigue visitando y fortaleciendo sus lazos con la militancia y los liderazgos en todo el estado y al parecer va como en caballo de hacienda.
Las últimas declaraciones de Mario Moreno Arcos cuestionando al partido Morena y a la propia Gobernadora Evelyn Salgado Pineda, despeja dudas y establece con claridad qué está haciendo, cuál es el propósito de sus palabras y marca su distancia de un gobierno, que como él lo dice, y yo interpreto, no tiene pies ni cabeza.
No sé, que vaya a determinar el PRI respecto a su nuevo líder, pero puedo inducir que Alejandro Bravo Abarca está haciendo lo necesario, para que al menos sea considerado y en su caso, se definan por que sea el nuevo liderazgo.
La importancia de la unidad no sólo está en los dichos, sino en los hechos y cada quien está haciendo lo suyo. Aunque Ricardo Taja, dice que se va, cuando nunca ha estado. Lo cual siempre es complejo que un ciudadano cambie de partido y de filiación, lo que indica que una golondrina nunca hace verano.