Bajo Fuego – Definiciones
Evelyn Salgado despojó al poder de su parafernalia de solemnidad para acercarlo a los sectores marginales de la sociedad guerrerense
Por José Antonio Rivera Rosales
En definitiva, el año y meses que Evelyn Salgado ha estado a cargo de la administración pública ha sido de un aprendizaje intenso que la obligó a reformular sus convicciones en materia de políticas públicas.
El resultado es obvio: tomó distancia del estilo político ejercido por los varones que le antecedieron, para enfocarse en una atención prioritaria en favor de sus congéneres por vía de decisiones que han impreso un claro tinte feminista y humanitario a su gestión.
Ejercido por hombres de diferente extracción -desde caciques de viejo cuño hasta gobernantes con formación académica-, los mandatarios de Guerrero se han desplazado desde el autoritarismo primitivo hasta quienes gobernaron con mano suave, pero todos sin excepción se caracterizaron por su abismal distancia de las masas y, especialmente, de las mujeres y los jóvenes.
Así, resulta una experiencia edificante que una mujer preste atención prioritaria precisamente a las féminas marginadas, en particular en un marco en que la sociedad se ha mantenido, a querer o no, dentro de un contexto patriarcal del que apenas comienza a sobresalir.
Para empezar, Evelyn despojó al poder de su parafernalia de solemnidad para acercarlo a los sectores marginales de la sociedad guerrerense que durante muchos años observaron el ejercicio del poder como algo lejano, protocolario y circunspecto. Por cierto, con frecuencia inalcanzable.
Durante su presentación reciente ante un grupo de notables en el puerto de Acapulco, la mandataria hizo un ejercicio de reflexión en el que definió, a grandes rasgos, las características de su gobierno -muy diferentes, decíamos, de los gobiernos que le antecedieron-, delineando el humanismo solidario como principal característica.
Aunque no fue el escenario más apropiado -el Grupo Aca es un foro impresentable de oportunistas que buscan colar sus intereses siempre para beneficio personal-, fue el espacio elegido por la joven mandataria para puntualizar sus posturas políticas de modo tal que permearan a la sociedad en su conjunto.
Decimos que no fue el mejor espacio porque, en los hechos, el pronunciamiento enteramente político de la mandataria apenas si fue percibido como tal por los pocos reporteros que cubren ese espacio, dado que el repudio a ese sector -especialmente desde los medios críticos-, existe desde tiempo atrás por la conducta mezquina de los acasocios, a quienes el extinto Ruben Figueroa Figueroa llamaba con desprecio “el club de los desayunadores”.
Por eso, la joven mandataria tuvo que replicar su posicionamiento días después durante un evento oficial, para que todos y todas lo entendieran.
Salgado Pineda afirmó, en principio y con razón, que “estamos en un momento histórico que requiere de todo nuestro compromiso y esfuerzo, que requiere una visión de futuro, con convicciones e ideales firmes para afrontar la problemática que históricamente ha lastimado a nuestro estado”.
Luego dijo que, más allá de los principios del movimiento, más allá de ideologias, se trata de esfuerzos que nacen del sentido común y del anhelo por recuperar la política para el pueblo: sin mentir, sin robar y sin traicionar”.
Después de parafrasear al presidente, el joven mandataria dijo basar su ejercicio de gobierno “en la austeridad y el combate a la corrupción” a través del ejemplo, pero con mecanismos auxiliares como la modernización administrativa y el programa cero efectivo para trámites en el estado, cerrando el paso a las malas prácticas que lastimaron el presupuesto y los recursos de todos.
Más adelante apuntó que con esta nueva visión se han atendido todas las áreas de la administración pública, pero especialmente las que se refieren a la gobernabilidad y la seguridad de Guerrrero. En ese sentido, “en Guerrero tenemos una estrategia que está dando resultado”.
Según sus palabras, esa estrategia está sustentada en tres ejes fundamentales: perfecta coordinación entre diferetes órdenes de gobierno, atención a las causas que generan la violencia y combate a la corrupción.
En ese sentido, puntualizó, “no apostamos a ganar la guerra, apostamos a conquistar la paz y la tan anhelada tranquilidad de las familias de Guerrero”. La coordinación se ha sustentado en intercambiar información y dirigir acciones específicas con las Fuerzas Armadas, la policía estatal y las policías municipales, con el apoyo de la Guardia Nacional y de la Armada de México.
La atención a las causas que generan la violencia busca combatir los vicios de origen en el combate a la pobreza y la desigualdad, en un esfuerzo extraordinario para generar más y mejores oportunidades para el desarrollo de los guerrerenses.
En ese sentido, la administración estatal morenista se enfoca en la construcción de un nuevo tejido social, el empoderamiento de los sectores más vulnerables de la ciudadanía -como es el caso de las mujeres- para recuperar la confianza en las instituciones.
En materia de combate a la corrupción, que es la madre de todos los vicios, se trabaja en nunca más permitir la impunidad ni la colusión con el crimen, en contar con policías certificadas y honestas con el fin de alcanzar el mayor nivel posible de profesionalización de los cuerpos policiacos.
De esta manera, según el discurso de la gobernadora, en forma paulatina se avanza en la recuperaciónn de territorios que antes estaban en manos del crimen, como es el caso de las carreteras federales y troncales.
En esencia esa es la definición de las acciones de gobierno desde el punto de vista de la gobernadora Evelyn Salgado.
El discurso oficial parece enfocarse más en en el área de seguridad, pero no es menor el esfuerzo en materia de atención a los sectores vulnerables como es el caso de las mujeres, particularmente las mujeres y adolescentes en condiciones de indefensión. Habremos de dedicar un apartado a esta problemática.