El trauma de Otis se detuvo en Acapulco: 15 días
La ciudadanía del mundo a través de sus ONGs son quienes mantienen la esperanza de que Acapulco puede quitarse el recuerdo del huracán Otis
- El servicio de energía eléctrica según CFE arriba del 70% pero deficiente
- El abasto de agua es del 55%
- No hay visos de iniciar reconstrucción
- Supermercados abren en modo emergencia
- Acapulco es un foco de infección; necesitan cientos de camones para retirar basura y escombros
Acapulco, Gro., 09 de noviembre de 2023.- Tal parece que lo único que se fue del huracán Otis fue el viento y la lluvia, pero el recuerdo sigue aquí. A 15 días, en las mentes de cientos de miles de acapulqueños sigue rugiendo el viento, vuelan los árboles, cae material y objetos por doquier, los techos desaparecen.
La imagen no sólo es mental. La nula reconstrucción obliga a levantarse cada día empapado en sudor porque falló el suministro de energía eléctrica y con los fétidos olores que despiden los cerros de basura que compiten con el escombro por ocupar un lugar en las calles (algunos piensan que hay escondidos cadáveres porque el aroma es nauseabundo).
A 15 días alivia un poco la tragedia que los supermercados y los mercados reinicien servicio. En algunos grupos de WhatsApp, la gente informa de largas filas y teme que se vuelvan a dar acta de rapiña, con todo y que ahora grupos de la Guardia Nacional cuidan todos los súper mercados día y noche acompañados de la seguridad privada que contrataron los mismos dueños.
Pero el recuerdo del huracán Otis sigue presente, porque lo único que puedes adquirir son productos de primera necesidad y en efectivo. Seguimos en modo emergencia.
La zona hotelera, en obra negra
La zona hotelera sigue manteniendo vivo el recuerdo de los vientos de más de 300 km/h. La buena obra de CFE para otorgar de luz la Costera no sirvió de nada cuando no hay hoteles, restaurantes y los únicos abiertos son dos o tres bares que ofrecen cerveza fría gracias a la buena obra de CFE.
¿Era eso lo que necesitaba Acapulco a 15 días del desastre?
Hay incertidumbre de miles de prestadores de servicios turísticos, empleados de hoteles y restaurantes. Y los vientos de Otis crecen con avisos como el del empresario Carlos Slim que habla de cinco años de recuperación para Acapulco y cuando se anuncia que un ícono del puerto, el hotel Dreams, reabrirá hasta diciembre de 2026.
Las cadenas hoteleras, los grandes empresarios, ya comienzan a salir de la tragedia tras la reunión con el presidente López Obrador quien les ofreció garantías fiscales y seguridad, pero ¿Qué será de los pequeños hoteleros, de los restauranteros que no son parte de un consorcio restaurantero? ¿Qué será de los medianos empresarios locales cuyos negocios fueron saqueados, y que el único sostén que han escuchado es el aplazamiento de pagos de licencias y predial? ¿En serio 25 mil pesos ayudarán a reconstruir un hotel cuando eso cuesta un colchón matrimonial? El huracán sigue rugiendo sobre Acapulco.
No hay cómo reconstruir Acapulco. En medios, el secretario de Turismo lanzó la iniciativa para reconvertir a bell boys y recamareras en alumineros o colocadores de plafón, de tal modo que puedan continuar recibiendo un apoyo económico, de lo contrato ni los hoteles podrán pagarles, ni ellos podrán generar ingresos. Un ciclo infinito, así como el ojo de Otis sobre Acapulco.
Como una premonición de lo que iba a suceder, justo al lado del hotel Krystal se yergue un hotel en obra negra que se mantiene así desde hace varios años. Lo cerraron y lo desmantelaron. Los dueños se llevaron canceles de aluminio y cristales, muebles y todo objeto. Sólo quedó el concreto de sus paredes y techos. Así veremos a varios hoteles de Acapulco durante muchos años, sin posibilidad de ser reconstruidos.
Como aquel hotel que se edificó en Caleta y que por muchos años fue tremenda obra negra frente a la playa, hasta que el gobernador René Juárez Cisneros aplicó recursos para demolerlo y crear una precisa ventana a una playa tradicional del puerto. Pero tuvieron que pasar 50 años.
La falta de agua pesa, pero no tanto
En Acapulco la falta de agua pesa, pero no tanto, es tan constante la falta de agua que por eso tanto rotoplas que voló por los aires y que no contempló el gobierno federal en los paquetes de apoyo para quienes perdieron sus viviendas.
No pesa porque estamos acostumbrados a que si el agua no sale de la llave, sale de los manantiales. La presidenta municipal anunció que de plano cancelaría el proyecto de saneamiento del colector Papagayo para destinarlo a la reparación de tubería de agua potable y drenaje y anunció que el 60% tendría agua potable, aunque la realidad es menor por las fugas.
El otro 40% viviría por tiempo indefinido en el ojo del huracán pues los grandes tanques de almacenamiento quedaron completamente inservibles.
La basura conforma un nuevo paisaje en Acapulco
Cuando uno mira a los cerros de Acapulco se ven solo varas de lo que antes eran árboles frondosos, altas parotas, almendros, ficus y muchas especies verdeaban el paisaje de Acapulco. Ahora nada.
Y con el paisaje de un desierto emergen nuevos cerros, los de la basura, que en algunos puntos de la ciudad superan los tres metros de altura. Es una mezcla de escombros, árboles caídos y toneladas de basura que se acumulan en todo Acapulco. No hay un punto limpio.
A diferencia del huracán Pauline cuando al día siguiente de la tragedia se decreto emergencia sanitaria, en Acapulco secretario de Salud federal, Jorge Alcocer declaró que no era necesario hacer tal pronunciamiento y con ello frenó una serie de apoyos de la Federación en apoyo al saneamiernto de Acapulco que comprendían no sólo su limpieza sino habilitar espacios en hospitales por casos de dengue, cólera e infecciones gastrointestinales generadas por el polvo en el aire, la falta de agua potable y la acumulación de basura.
La gobernadora Evelyn Salgado y la alcaldesa Abelina López insisten en que se requieren entre 300 y 400 camiones para retirar todos los desechos de Acapulco y piden ayuda a otros estados ante la falta de respuesta del gobierno federal. Dicen que la basura de dos años se acumuló en dos horas y permanece en Acapulco ya 15 días.
CFE el trabajo contra la burocracia federal
Es incuestionable la titánica labor emprendida por centenas de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que desde el día siguiente del huracán Otis comenzaron restablecer el servicio en Acapulco. Lo cuestionable son las cifras falsas que difundió el director Manuel Bartlett asegurando que el 55% de Acapulco tenía luz al día siguiente de la tragedia.
Las mentiras de Bartlett de repitieron uno y otro día y todas fueron desmentidos por medios de comunicación profesionales que exhibíamos en videos que esos datos fueran ciertos. A 15 días, junto con el Presidente López Obrador asegura que el 99% de Acapulco tiene luz. Sigue mintiendo. Los hechos lo desmienten. Con la verdad no se puede competir.
Versiones periodísticas de la OEM indican que los cientos de trabajadores de CFE que llegaron provenientes de otros estados ya se retiraron y dejaron los detalles a la fuerza local.
¿Cuál es la realidad? A 15 días de que el huracán Otis impactara Acapulco poco más del 50% cuenta con energía eléctrica y de ahí quienes cuentan con el servicio sufren apagones diarios que pueden varias desde una hasta diez horas sin luz. Eso no es restablecer el servicio.
Aunado a lo anterior, sólo se restableció un servicio muy básico de energía eléctrica, las líneas de 220 indispensables para la apertura de varios negocios continúan sin funcionar. Los vientos huracanados de Otis siguen rugiendo cada vez que las colonias se quedan en la más completa oscuridad y en la crisis del saqueo, los robos casas, asaltos y demás traumas.
Las telecomunicaciones: Mejor descuentos que servicio
A 15 días del huracán Otis Acapulco continúa incomunicado. La alcaldesa de Acapulco informó que el 100% de las antenas de telefonía sufrieron daños o se cayeron. Ninguna empresa telefónica ha logrado recuperarse y no se ve empeño en ello.
En recorridos hechos por la zona Poniente de Acapulco se pudo ver a dos cuadrillas de Infinitum trabajando en un solo poste durante casi 12 horas. De las otras empresas no hay nada. Si acaso AT&T instaló dos antenas emergentes que presentan gran afluencia de personas buscando comunicarse con el mundo exterior. Hace una semana llegó una antena similar de BAIT que es lo más destacado en telecomunicaciones.
El servicio de Telcel se ha destacado también pero funciona muy esporádicamente. Algunos puntos en Acapulco fueron famosos por tener a gente elevando el celular al cielo intentando captar la señal de Telcel.
La respuesta de las empresas de telecomunicaciones ha sido pésima en reconstrucción y todavía peor en cobros. AT&T ofreció que abriría su red de datos para que todos accedieran pero si ni siquiera hay señal… no ofreció descuentos. Tampoco lo hizo Telcel, ni Movistar ni otras empresas.
Tan sólo Telmex hace un par de días informó que no cobraría por sus servicios en noviembre y diciembre. Pudiera ser una buena noticia, pero también pudiera ser un presagio de que no habrá telefonía ni internet en estos dos meses.
La esperanza muere al último
Muchos han dejado ya Acapulco, principalmente personas de la tercera edad o familias más acomodadas. Qué sentido tiene vivir en un lugar en donde no hay lo esencial para vivir. No hay por qué convertirse en una tribu bereber africana y subsistir con lo mínimo. No debe ser así.
La cuestión es que, si quien tiene la capacidad de poner en marcha una transformación en Acapulco no lo hace, la ciudadanía podrá hacer el resto. Ya se habla de costos políticos para las elecciones de 2024. Ese será otro huracán que no pegará aquí, sino en Palacio, allá en CDMX.
La ciudadanía del mundo a través de sus ONGs como World Central Kitchen son quienes mantienen la esperanza en Acapulco, las constructoras foráneas que emplean la mano de obra local, quienes siguen brindando servicio de agua gratuita o consultas médicas sin costo son quienes mantienen la esperanza de que Acapulco puede quitarse de la cabeza el recuerdo del huracán Otis y permitirnos sentir y pensar en la cálida brisa del mar y en los atardeceres más potentes y más impactantes que cuales ciclón que haya tenido alguna vez Acapulco.