Acapulco

Otis: El Apocalipsis de 120 minutos

A ocho días del huracán Otis, ronda el fantasma del hambre y el infortunio en Acapulco

Otis: El Apocalipsis de 120 minutos
Juan José Belmonte
noviembre 01, 2023 3:14 pm

  • Hay evidentes señales del arranque de la reconstrucción de Acapulco
  • Comienzan a notarse los primeros atisbos de seguridad

Acapulco, Gro., 31 de octubre de 2023.- Cuando un acapulqueño cierra los ojos, aún escucha en sus oídos el estruendoso viento del huracán Otis.

Así como cuando uno escucha el mar cuando se pega una concha al oído, los recuerdos reviven y la piel se enchina de acordarse cuando los vidrios estallaron, cuando las cosas de la casa volaron, cuando llovía horizontal con una fuerza tal que tumbaba hombres grandes y fuertes así como hizo añicos troncos de varias toneladas que atravesaron ventanas y puertas de triplay. Cuando los arroyos que no existían por San Isidro se crearon y abrieron enormes socavones que incluso se tragaron un tráiler de la Coca.

Ocho días que han pasado muy lentamente. Tres momentos que hacen de Acapulco un lugar y una sociedad muy diferente a la que habíamos conocido.

El miércoles poco después de la media noche los vientos huracanados de Otis hicieron lo que quisieron con árboles, postes de luz, láminas, tejas.

Si Ingrid y Manuel fueron una noche de cuatro días, Otis fue un Apocalipsis de dos horas.

Al día siguiente, miércoles 25 de octubre que parecía aún martes ya que no fue posible dormir, el paisaje desolador quedó en un segundo plano. La recuperación fue muy rápida para quienes iniciaron la rapiña.

Todavía no amanecía cuando los OXXOs ya estaban siendo saqueados. Algunos a las 10 de la mañana ya no tenían nada. Y también muy temprano se sucedieron los saqueos en negocios más grandes. Para el jueves el saqueo subió a nivel VIP y arrasaron con centros comerciales y tiendas departamentales.

El miércoles Acapulco fue un pueblo sin ley. Bien podría haberse grabado en el puerto la segunda parte del filme “La Purga ”. La rapiña se sucedió todo el día. Todo lo robable se hubiera podido robar. Si hubieran podido se hubieran robado el pavimento y lo hubieran envuelto en calor.

Manuel Bartlett director de CFE anunció el miércoles que Acapulco estaba al 50% de luz. Era mentira.

El jueves 26 hubo atisbos de luz de la autoridad. Fue el Presidente Andrés Manuel López Obrador quien al hablar de Acapulco se atrevió a decir “tuvieron suerte” y en seguida comenzó a hablar de sus encuestas de popularidad.

Aparecieron también las autoridades estatales y municipales planteando sus estrategias a la par de altos mandos del Ejército y la Marina. Se comenzó a hablar de comedores comunitarios y de rescates y se lanzó un primer recuento de muertos y desparecidos. Los comedores nomás no aparecieron.

Los incomunicados eran cientos de miles, Acapulco seguía sin comunicación y ya algunos se acercaban a algunos puntos del puerto en donde se podía captar señal. Aún era imposible transitar, salir del puerto y los robos continuaban.

Una señora con toallita al hombro lo había perdido todo “quiero sacar a mis hijas y mandarlas a Tijuana pero no hay corridas”. Entonces comenzaron los puentes aéreos. Una solidaridad nunca antes vista de las líneas aéreas. Estos vuelos gratuitos se mantuvieron hasta el lunes 30.

También la gobernadora Evelyn Salgado Pineda anunció la disposición de 25 autobuses para sacar turistas a la Ciudad de México.


También se anunciaron del gobierno de Acapulco conferencias diarias sobre avances en donde la alcaldesa Abelina López Rodríguez hablaba de avances.

Por la tarde un desfile de unidades de CFE provenientes del Estado de México y de la Ciudad de México comenzaban a aparecer y ahora sí a trabajar por la reconstrucción.

Por la noche la CFE publicó en redes sociales que Acapulco tenía un 55% de electricidad. Falso.

Pese a todo ello ya era viernes y aún Acapulco era un pueblo sin ley. No había presencia de ningún cuerpo de vigilancia de los tres órdenes de gobierno, la gente ya buscaba comida y rescataba lo poco que quedaba de agua potable.

“Hay agua en una purificadora en Ejido pero ya se está acabando” decía la gente que platicaba al caminar por las calles. “¿Dónde compró el huevo?” Preguntaron a don Alberto que llevaba un casillero. “En el mercado ahí por Vallarta, !¡También hay internet!”, dijo alegre.

Los que podían dejaban la ciudad, los que tenían posibilidades iban a Coyuca o a San Marcos en donde había de-todo. En el puerto los comerciantes no se atrevían a salir, aún le tenían miedo al saqueo.

La entrada de Acapulco se volvió un caos con los primeros apoyos. Grupos armados comenzaron a asaltar a quienes llegaban con despensas a la altura de La Venta. Esa misma noche el Ejército tomó el control y hay reportes de que decomisaron apoyos por el tema de inseguridad y garantizar ellos su entrega. Después lo desmintieron en un comunicado.

Lo que sí fue visible era un pelotón de soldados dando vialidad a lo largo de todo el día y la noche para agilizar la entrega de despensas y que no se sucedieran los asaltos. Pero los asaltos ya sucedían en otras colonias en donde a tres días de Otis no había un solo policía. Y despertó la policía ciudadana.

Los saqueadores ya no tenían que saquear y enfilaron en contra del robo de vehículos y casas a mano armada. Reportes en colonias como Costa Azul, Hogar Moderno y Mozimba indicaron que los vecinos se organizaron para colocar barricadas y patrullajes.

La salida a Acapulco el viernes fue casi imposible. Los más pacientes aguantaron un recorrido de cinco horas de la caseta del Maxitunel hasta la caseta de La Venta. Esta situación se regularizó después y se agilizó la entrada y salida al puerto.

Ya para el lunes 30, los trabajos de CFE eran muy notorios con postes que dejaba incluso a media calle. Que se vea que estaban trabajando.

Aún así la luz no era nada en Acapulco. Las autoridades se aprestaron para iluminar la zona turística pero ahí no vive la gente y los turistas ya se fueron. ¿De qué sirve la luz en la Costera si los negocios están cerrados? Un recorrido el martes por la noche indicaba que gran parte de la Costera desde Papagayo a Caleta estaba a oscuras. Y donde había hoteles estos también estaban apagados, no hay turistas en Acapulco.

Los gobiernos le dieron prioridad a la estrategia del marketing. Anunciaron una Costera iluminada, en donde vive el 0.5% de los acapulqueños (o menos) y proclamaron la apertura de comedores comunitarios que nunca existieron.

También comenzó a llegar la ayuda internacional, fundaciones y organizaciones no gubernamentales se volcaron en apoyos para Acapulco para apoyar la reactivación económica tras Otis.

Nada llegó para los empresarios locales desde el gobierno federal. La reunión fue con los conservadores y fifís que tanto criticó el Presidente, con los Chedraui, los Coppel, los Walmart, los Sears, los Liverpool y los FEMSA para analizar cómo reabrirían sus negocios. A los locales nada.

Hoy son ya ocho días. Y aún cuando el apocalíptico Otis desató su furia en solo dos horas, es como si en sus feroces vientos hubiera devorado nuestras aspiraciones, nuestro sueños y la esperanza.

«