Incluye Francia acceso al aborto en su Constitución; Vaticano manifiesta rechazo
“En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un ‘derecho’ a suprimir una vida humana”, indicó El Vaticano
París, 04 de marzo del 2024.- Francia se convirtió en el primer país del mundo que incluye el acceso al aborto en su Constitución. En este sentido, el derecho al aborto se reconoció en Francia en 1975, con la Ley Simone Veil, con Valéry Giscard d’Estaing como presidente.
En una reunión conjunta de Asamblea y Senado, el parlamento francés aprobó la modificación constitucional este 4 de marzo de 2024. La votación se celebró en el hemiciclo de Versalles, donde históricamente se han aprobado todas las modificaciones constitucionales de la historia de Francia.
“Todavía estamos lejos de haber llegado al final del camino. Pero paso a paso, la igualdad se va acercando. Al garantizar en nuestra Constitución la libertad de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo, concedemos una segunda victoria a Simone Weil, y a todas las que han abierto el camino”, indicó Gabriel Attal, primer ministro de Francia, en un emotivo mensaje.
Como parte de su reflexión ante la prensa, Attal reconoció: “El hombre que soy nunca conocerá el sufrimiento físico de aquellos tiempos, cuando el aborto era sinónimo de secretismo vergonzoso, dolor indescriptible y riesgos fatales”.
Asimismo, el primer ministro reconoció su propio esfuerzo en cambiar este panorama.
Vaticano rechaza inclusión del aborto en la Constitución de Francia
En la víspera de que se votara para proteger el derecho a la interrupción del embarazo, el Vaticano reiteró su postura respecto a esta medida.
“En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un ‘derecho’ a suprimir una vida humana”, afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, un organismo del Vaticano encargado de cuestiones de bioética.
El organismo, fundado por el papa Juan Pablo II, llamó “a todos los gobiernos y tradiciones religiosas para que hagan todo lo posible para que, en esta fase de la historia, la protección de la vida se convierta en una prioridad absoluta”.
“Las situaciones particulares de la vida y los contextos difíciles y dramáticos de nuestra época deben ser tratados sobre la base de un derecho que ante todo trate de proteger a los más débiles y vulnerables”, finalizó.