México. País bisagra 1ª Parte – Propuestas y Soluciones
Una efectiva unión comercial, con Estados Unidos y Canadá nos colocaría como integrantes de la más importante potencia económica del planeta, con todas las ventajas competitivas que esto implica.
Podemos definir la integración económica como un proceso mediante el que un grupo de países, por lo general geográficamente próximos, se comprometen a eliminar determinadas barreras económicas entre ellos, con objeto de disponer de un gran mercado que aglutine los mercados más pequeños de los miembros.
María José Aznar Unzurrunzaga (1962 -).
Doctora en Ciencias Económicas por la Universidad de Granada
En la última visita de los mandatarios de América del Norte a nuestro país, Joe Biden, el presidente de los Estados Unidos de América y Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, se colocó sobre la mesa, el tema (lo planteó Trudeau a nuestro presidente) de que Estados Unidos, Canadá y México, unidos, cuentan con un PIB mayor que el de la Unión Europea. Por lo que una efectiva unión comercial, nos colocaría como integrantes de la más importante potencia económica del planeta, con todas las ventajas competitivas que esto implica.
Una de las características más destacadas de la economía mundial desde mediados del siglo XX es la denominada integración económica internacional, también conocida en ocasiones como regionalismo. Estos procesos dan como resultado la formación de bloques económicos, formados a partir de acuerdos comerciales regionales.
La integración constituye un proceso realmente complejo, que conlleva no solo implicaciones económicas, sino también políticas y sociales.
En un proceso de integración económica se observan diferentes formas o fases:
La forma más elemental de integración la constituyen los Acuerdos Comerciales Preferenciales, que suponen la concesión por parte de un país de determinadas ventajas comerciales a ciertos productos procedentes de otro país o grupo de países. Normalmente tienen carácter asimétrico, es decir, no exigen reciprocidad y son habituales entre países con diferentes grados de desarrollo.
La siguiente etapa en un proceso de integración es el Área de libre Comercio (o Zona de Libre Comercio), en la que un grupo de países suprimen los obstáculos comerciales existentes entre sí, pero cada uno mantiene su propio régimen comercial frente a terceros países. A ese nivel es como se encuentran las relaciones con Estados Unidos y Canadá, en el T-MEC.
La formación de una Unión Aduanera (UA) supone que un grupo de países eliminan los obstáculos comerciales entre ellos y establecen barreras exteriores comunes frente al resto del mundo.
Cuando una unión aduanera elimina las barreras, no solo a los movimientos de mercancías sino también de factores de producción, se transforma en un Mercado Común (MC) caracterizado, por tanto, por la libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas.
Por último, una Unión Económica y Monetaria (UEM) se entiende como un mercado común en el que se coordinan las políticas económicas (sobre todo la monetaria y la fiscal) y se sustituyen las monedas nacionales por una moneda única para los países integrados. Se trata de la forma de integración plena, no siendo posible una integración superior desde el punto de vista económico.
A pesar de las diferencias comentadas, todos los acuerdos de integración económica tienen en común la supresión de determinadas fronteras económicas, lo que exige la celebración de debates y negociaciones para permitir que el proceso avance. Además, en diversos niveles, los procesos de integración comparten el mismo coste: la cesión de soberanía que implica que, a medida que avanzan las negociaciones, se pierda cada vez más capacidad de decisión a nivel nacional, en diversos frentes, en pro de las nuevas políticas e instituciones que aparecen en escena para ir dando cuerpo a las nuevas áreas integradas. Detrás de la decisión de un país de incorporarse a un proceso de integración existen diversas motivaciones, entre las que cabe destacar:
Aprovechar las economías de escala. Ante un mercado de mayores dimensiones, las empresas pueden abaratar costes al dirigirse a un mayor número de consumidores, lo que en gran medida justifica la existencia de los procesos de integración. Desarrollar proyectos e infraestructuras “en grupo”. Existen muchos proyectos e inversiones (como las redes de trenes de alta velocidad), que por su alto coste son prohibitivos para muchos países. Pero como es cierto que “la unión hace la fuerza”, disponer de un grupo integrado lo suficientemente amplio permite sacarle partido a ciertas infraestructuras que pueden redundar positivamente en el conjunto, evitando que de forma aislada se tengan que asumir altos costes, si es que no es imposible.
Conseguir una mayor especialización. Si desaparecen las barreras proteccionistas (como los aranceles y los cupos) se hace más fácil sacarle partido a las ventajas comparativas que poseen los diversos países respecto a los demás. Lograr una mayor eficiencia productiva. Si no existen aranceles, las empresas participan con mayor facilidad en un mismo mercado, y ello hace que refuercen la competencia entre ellas, obligándose a reducir los precios y mejorar las calidades de los productos que ofrecen para evitar ser expulsadas del mercado y seguir manteniéndose en el mismo. Más poder de negociación frente a otras potencias. Cuando se hace frente común para negociar en los diversos foros internacionales, aumenta la capacidad de imposición y reivindicación de los intereses del área integrada. Entre los procesos de integración económica que existen por todos los continentes hay que citar en primer lugar al mayor grupo de integración económica del mundo, la Unión Europea. Se trata del esquema de integración más completo y avanzado de todos los existentes.
Fundada por el Tratado de Roma (1957), sus miembros son 27 países: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumanía, Suecia. Tras el Brexit, el Reino Unido no forma parte oficialmente de la Unión. Al ser un mercado único de 27 países, la UE es una potencia comercial de primer orden. Existe también el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), cuyos miembros son Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. También en el continente africano, en Asia y en Oceanía existen variados procesos o agrupaciones de integración económica. Es claro que la integración económica es favorable, pero nuestro nacionalismo aún no nos permite caminar en esa dirección. Es lamentable, porque recordemos: Solamente Juntos, Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG