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Nacional

Así fueron las últimas horas de Colosio; hoy se cumplen 30 años de su asesinato

Un día antes de su homicidio, Colosio recibió una llamada del presidente de México en aquel entonces, Carlos Salinas de Gortari

Adriana Olea
marzo 23, 2024 7:08 pm
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Ciudad de México, 24 de marzo del 2024.- Hace 30 años, el 23 de marzo de 1994 ocurrió uno de los hechos que más han conmocionado a nuestro país en el ámbito de la política: el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

El crimen se perpetró durante un mitin en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California, donde el entonces el candidato a la presidencia de México por el PRI, recibió dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el abdomen, los cuales le provocaron la muerte.

El homicidio lo cometió Mario Aburto Martínez, de 22 años de edad en ese entonces, a quien las autoridades arrestaron en el lugar de los hechos y aunque la versión oficial lo apunta solo a él como autor del homicidio, aún en la actualidad persisten dudas y teorías de conspiración sobre la autenticidad y posibles cómplices.

¿Cómo fueron las últimas horas de Colosio?

El 22 de marzo de 1994, un día antes de su homicidio, Luis Donaldo Colosio Murrieta recibió una llamada telefónica del presidente Carlos Salinas de Gortari. El candidato del PRI a la presidencia contestó el enlace en la torre de control del Aeropuerto de Mazatlán, Sinaloa.

Previamente, Manuel Camacho Solís, dio su apoyo a la candidatura de Colosio Murrieta, como se convino en la cena que Colosio y Camacho tuvieron el 16 de marzo del 94 en el departamenteo de Luis Martínez Fernández del Campo, en San Miguel Chapultepec.

De acuerdo con Heriberto Galindo Quiñones, testigo del hecho, la llamada fue para ordenarle a Colosio que le agradeciera a Camacho el gesto público.

Heriberto Galindo contó a Excélsior las últimas horas de Colosio Murrieta, antes de ser asesinado el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurina, Tijuana, a manos de Mario Aburto, un obrero michoacano.

“En ambas ciudades lo acompañé en su gira, como antes lo había hecho en Morelia, Guadalajara y Colima; en mi calidad de coordinador general de la cuarta circunscripción política que cubría de Michoacán a Baja California”, relató.

“Recuerdo que a Culiacán llegó procedente de Miami el periodista Andrés Oppenheimer para entrevistarlo, y lo logró. Me tocó saludarlo cuando salíamos del mítin”, agregó.

Posteriormente, se trasladaron en un automóvil que condujo el propio Colosio hasta el hotel Executivo, en el Boulevard Madero, esquina con Álvaro Obregón, en el centro de Culiacán, Sinaloa.

Su última cena

En un momento de descanso, antes de continuar la gira sinaloense, el mayor Castillo, jefe de ayudantes de Colosio, llamó a Galindo, diciéndole que el candidato quería que lo acompañara a la cena que le ofrecían unas 400 personas de alto nivel en uno de los salones del hotel.

“Asistí a la cena, pero ni Colosio ni yo probamos los deliciosos platillos que sirvieron durante el convivio. Al terminar yo salí corriendo a reunirme con amigos míos de Mazatlán y de Guamúchil que me esperaban en el restaurante El Palomar de los Pobres que está a cien metros del Executivo. Y cuando iba llegando con mis cuates me alcanzaron casi a paso veloz mis amigos Carlos Olmos, quien laboraba en la Coordinación de invitados de la campaña, y Héctor Yunes, quien en ese tiempo fungía como delegado general del CEN del PRI en Sinaloa; y prácticamente al unísono me pidieron que no me sentara a cenar con mis amigos, porque el candidato me estaba esperando en la suite 5001 del hotel”

Heriberto Galindo

Señaló que esperó en la suite por unos momentos ya que Luis Donaldo se encontraba realizando ejercicios de inhaloterapia en compañía de su médico de cabecera.

“Saludé a Luis Donaldo en el momento en el que concluía su terapia para atenderse de las vías respiratorias. Me pasó a su suite y en la mesa había dos platos cubiertos con tapas de piuter y dos vasos llenos de Coca-Cola sin gas. Colosio al levantar las tapas y hacer que se notaran dos club sándwiches muy fríos como para comerlos, Luis Donaldo me dijo al instante: ‘mi maestro: le traje su cenita’. Y yo en broma le contesté: ‘querido candidato: ni cuando era pobre comía yo sándwiches fríos con Coca-Cola sin gas…jajajaja’. Y como de rayo él le gritó con voz estruendosa y horrible al mayor Castillo: “¡Castillo, ¿por qué están tan fríos los sándwiches y las coca colas no tienen gas?!” A lo que su jefe de ayudantes le contestó que la razón era porque tenían por lo menos dos horas en la mesa. Y Colosio le ordenó cambiarlos por otros que estuvieran calientes y por dos refrescos nuevos con gas. Así se hizo y cenamos juntos y conversamos”

Heriberto Galindo

La llamada de Salina de Gortari

Heriberto Galindo, quien fue director del CREA, en la administración de Miguel de la Madrid y quien fue el enlace entre Alfonso Durazo —exsecretario particular de Colosio—, y el candidato asesinado, recordó que Luis Donaldo se interesó por el desarrollo de los mítines en Mazatlán y en Culiacán. Dijo que Colosio estaba muy contento y muy feliz.

“Me dijo que solamente le podía haber tenido que consumir parte importante del tiempo que se le había asignado para las transmisiones de televisión por haberle tenido que agradecer a Manuel Camacho su tardío apoyo, pues esa mañana el exjefe del DF —ahora Ciudad de México—, había anunciado que respaldaba la candidatura de Colosio”, contó.

“Yo, por la confianza que nos teníamos, le hice un comentario muy imprudente a Colosio al decirle: ‘¡Sí, me di cuenta que te ordenaron agradecerle a Manuel Camacho su adhesión…!’ Y Colosio me contestó alterado: ‘¿Quién me ordenó agradecerle a Camacho?…¿por qué me dices eso?”

Heriberto Galindo

“Y yo le contesté: ‘recuerda que cuando el general Domiro García te indicó que tenías una llamada en la torre de control del aeropuerto de Mazatlán, tú me hiciste una señal con tu mano para que te acompañara al interior de la torre de control, y te seguí y estuve atrás de ti, mientras atendías y respondías la llamada… yo no supe con quién hablabas, ni escuché lo que te decían por el auricular, lo único que escuché es que tú le decías a la persona con la que hablabas: ‘sí señor…sí señor, así lo haré’. Al tiempo que escribías algo con un plumón en una hoja de papel…!’ Supongo que quien le llamó y le instruyó a Colosio fue el presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, y Luis Donaldo, obediente, como era con su jefe, expresó ante los medios de comunicación su reconocimiento y su agradecimiento a Manuel Camacho Solís”.

Heriberto Galindo recordó que hace 30 años, después de cenar y comentar sobre la campaña, le preguntó sobre el ofrecimiento que le había hecho el 10 de febrero anterior, mientras Colosio y Galindo comían en el restaurante del hotel América de la ciudad de Colima.

“Entonces me dijo que quería que yo encabezara el liderazgo nacional de la CNOP, que en ese entonces ocupaba el ingeniero Miguel Ángel Barberena. Colosio me contestó que ese asunto y otros cambios que haría en algunas áreas del PRI, ya los había comentado y acordado con el presidente Salinas de Gortari”, señaló.

Así fue la despedida de Colosio a Galindo

En esas últimas horas de vida de Colosio, que pasó con Heriberto Galindo el candidato priista quiso saber qué opinión tenía de Miguel Montes García —que se convirtió en el primer fiscal del Caso Colosio—; Colosio le comentó a Galindo que estaba pensando en él como una opción para la secretaría de Gobernación.

“Enseguida me pidió que no lo acompañara a Tijuana al día siguiente, y al escucharlo yo le hice pucheros, y le dije que yo quería acompañarlo siempre, cuando visitara los estados que estaban comprendidos en la cuarta circunscripción política que yo encabezada. Al ver mi dejo de tristeza porque no llegaría yo con él a Tijuana, me puso su brazo en mi hombro, y me dijo con cariño y con ternura que no me preocupara: ‘¡Tú eres mi hermano!… deja que otros hagan méritos…¡quiero que te quedes en Culiacán y visites a la familia Clouthier y les lleves mis saludos y mis respetos!… y pasado mañana me alcanzas en Navojoa…Por cierto: ¿dónde pasarás la Semana Santa?’, me preguntó; le contesté que con mi familia en Mazatlán y él me invitó a que lo acompañara el Jueves y el Viernes Santo en el rancho de su padre, Don Luis Colosio Fernández en Cucurpe, Sonora. Eso tampoco se pudo llevar a cabo”

Heriberto Galindo

Galindo señaló que le manifestó a Colosio que sentía temor por la seguridad del candidato a lo que el priísta le pidió no preocuparse.

“Nos despedimos y me dijo que madrugaría para salir muy temprano para correr por el malecón de Culiacán. Nos dimos las buenas noches con un abrazo fraterno”, relató.

Posteriormente, contó que la mañana del 23 de marzo, “estando yo con algunos amigos en el lobby del hotel, lo vi salir a correr, vistiendo un atuendo deportivo con colores negro y blanco, con una gorra también negra”.

“Allí seguimos hasta que regresó de su trote. Subió a su habitación y se dio un baño. Bajó minutos después con traje y corbata y se dirigió a varias estaciones de radio a cuyos responsables de los noticiarios matutinos les había ofrecido concederles sendas entrevistas. Dos horas más tarde lo despedimos en el aeropuerto en su viaje a La Paz y a Tijuana…”

Heriberto Galindo
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